Desde nuestras abuelas nos llega esta merienda o desayuno delicioso, con pocos y sencillos ingredientes que se mezclan y se fríen para el disfrute de todos.
Para preparar estas ricas orejas dulces con mantequilla, se funde la mantequilla en un cazo al fuego y, una vez fundida, se va incorporando harina poco a poco, hasta formar una masa que se despegue de las paredes.
Se retira del fuego se le añade el huevo batido, se mezcla todo bien de nuevo, se añade un chorrito de aceite, el anís y una pizca de sal.
Se vuelve a mezclar, hasta tenerlo todo bien integrado, se deja enfriar y se estira la masa de las orejas dulces con un rodillo. Una vez que tenemos la masa de un espesor de más o menos ½ centímetro, la cortamos de la forma que más nos guste.
Ponemos abundante aceite a calentar y se van friendo las orejas dulces por tandas, para que el aceite no pierda temperatura.
Una vez fritas las orejas dulces con mantequilla, se escurren bien y se rocían con azúcar glas… Listas para comer.
Foto orientativa: Nada_que_decir
Una masa fina de sabor suave rebozada en azúcar y canela molida. Un dulce típico en Carnaval, ideal para mojar en café, leche o chocolate.
Oreja de cerdo cocida con laurel, clavo y sal, frita sin más en abundante aceite, o rebozada en una mezcla de harina y pimentón para potenciar el sabor.
Una manera de disfrutar las orejas con un toque picante. Ideal como entrante o ración para disfrutar con los amigos o la familia.
Vamos con uno de los platos más populares de la gastronomía madrileña, la oreja de cerdo a la plancha. Una de casquería tradicional.
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